Técnicas de estudio

¡Una nueva obra! ¿Por dónde empezar?

Por Melanie Spanswick, publicado en “Pianist"


Cuando se empieza a aprender una nueva obra hay varias consideraciones para tener en cuenta.

¿Cómo vas a empezar? ¿Escuchando varias diferentes versiones? ¿Haciendo lectura a primera vista, tocando despacio hasta el final de la obra? ¿Ambas? No importa cómo prefieras empezar una nueva obra, siempre será útil establecer una rutina que aplica para cada obra nueva y así logres ganar velocidad en el aprendizaje y en la memorización. Aquí van unas sugerencias:


PRIMERA PARTE


Conceptos generales
  1. Digiera y analice profundamente la partitura.  Puede hacer esto antes de empezar a tocar. Escriba las digitaciones (los dedos en las notas), tanto como pueda. Así asegura un aprendizaje más fructífero desde el principio. Revise ahora cuidadosamente la estructura: ¿qué forma musical se utiliza? ¿Es una obra tonal? Si es así, ¿qué tonalidad utiliza? Si hay modulaciones, ¿dónde están? Explore ahora la textura ¿es una obra homofónica, de acordes verticales? ¿O es polifónica, orientada a las melodías? ¿O ninguna de las anteriores? Escribe tus observaciones en la partitura ya que serán útiles durante el proceso de aprendizaje.
  2. Contexto histórico.  Mientras trabaja en la disección de la estructura de la nueva pieza, ¿por qué no escarba en su pasado? ¿A qué época pertenece esta obra? Anímese a leer acerca del compositor y de su estilo musical. ¿Es esta pieza típica de su estilo? ¿Cuándo la escribió? ¿Es una obra completa, o es una parte de un grupo de piezas? ¿Es parte de una obra mayor, de una sonata, por ejemplo? Estos conocimientos pondrá la obra en contexto.
  3. El ritmo.  Una herramienta práctica, particularmente útil es llevar el ritmo con golpecitos, en una mesa, sobre el piano, en las rodillas... Considero esta una práctica muy importante. Marque el ritmo con las manos separadas, primero, luego con ambas manos. El metrónomo puede ayudar a establecer un pulso estable. Si el ritmo es complejo, puede empezar despacio y luego acelerar la velocidad. Cuando usted puede marcar el ritmo de la obra completa, sin dudas ni tropiezos, márquelo con ambas manos hasta que fluya con facilidad. ¡Asegúrese de respetar los silencios y las pausas!
  4. Comprimiendo.  Es otra herramienta muy útil. Tome patrones de notas en compás, o en un pulso, y comprímalos en un "acorde" tocando todas las notas al tiempo. Sáquelo del contexto de la pieza y trabaje solamente este bloque. Luego pase al siguiente pulso o compás. Esta práctica nos ayuda a comprender y aprender todo un compás al tiempo y nos da una idea clara de hacia dónde deben moverse los dedos y las manos. Una vez que lo hace lentamente, podrá fácilmente separar diferentes frases musicales. Avance poco a poco, una página (¡o menos!) a la vez.
  5. Péguelo todo con un metrónomo.  Una vez que usted puede tocar los "acordes" muy lentamente, (por pulso o por compás), es hora de hacerlo con el ritmo, utilizando un metrónomo. Utilice una velocidad razonablemente lenta, Con toda certeza, esto le ayudará a encontrar los patrones y a asegurarlos rápidamente, para cuando tenga que separar las notas según su melodía, pueda hacerlo con facilidad.



SEGUNDA PARTE

Práctica del estudio

  1. Práctica con manos separadas. Una vez que haya superado los pasos 4 y 5 de la parte anterior, en trabajo con manos separadas puede resultar muy útil. Esto debe resultar fácil ya que en el paso anterior usted aprendió cuales son los "acordes", con qué dedos tocarlos y cómo poner las manos para tocar la pieza como series de acordes. Primero toque las notas de la mano derecha (MD), una a una, al principio sin ritmo, enfocándose en las posiciones de los dedos y de la mano y en producir un sonido robusto. Una vez esté satisfecho, agregue el metrónomo y trabaje despacio con una velocidad de pulsos lenta, para desarrollar seguridad en el ritmo. Haga lo mismo con la mano izquierda (MI).
  2. Manos juntas. Ahora ponga las manos juntas poniendo una velocidad muy lenta para los pulsos del metrónomo, de tal forma que usted pueda el movimiento de cada mano con facilidad, sin tensiones la parte superior del cuerpo; es muy fácil tocar sin tener que pensar que el cuerpo está relajado, sin tensiones. Este aspecto es fundamental, especialmente cuando trabaje par aumentar la velocidad. Las muñecas sueltas y los brazos flexibles serán capaces de guiar la mano al sitio correcto. Pero los dedos deben permanecer firmes.
  3. Práctica profunda. Éste paso es fundamental. Mientras toca lento, muy lento, enfóquese en el sonido que produce y cómo llega cada dedo a la nota. Observe sus dedos mientras toca y verifique su correcta posición en cada nota, haciéndolo llegar hasta el fondo de la tecla, produciendo un sonido largo y profundo. Esto ayuda a que la muñeca permanezca suelta y tenga un movimiento natural entre las notas, soportando a los dedos en la búsqueda de un sonido lleno y de gran sonoridad, siempre con la ayuda del peso del antebrazo.
  4. Uniformidad rítmica y del sonido. Permanezca trabajando lento y utilice un metrónomo. Si es necesario, subdivida los pulsos; por ejemplo, si hay semi-corcheas en su pieza, ponga un pulso por cada semi-corchea y asegúrese que escucha un "tic" por cada una de ellas. Acomódese a esos pulsos lentos y toque cada tecla de manera pesada, ignorando las marcas de matices y fraseos. Buscando un sonido poderoso en cada nota mientras toca lentamente, desarrollará un firme sentido del ritmo y emparejará su toque. Sin embargo, es vital mantener sueltas, relajadas sus muñecas y antebrazos mientras practica esta técnica. Cuando domine la pieza en esta forma, agregue velocidad. Puede empezar suavizando el toque y adicionando lo que indican las marcas de matices y fraseo en la partitura.



TERCERA Y ÚLTIMA PARTE

  1. Una vez que ha determinado la velocidad de la nueva obra, puede ayudar la práctica a una velocidad un poco mayor a definida, aún cuando el estudio a velocidad lenta funciona muy bien. Esto funciona por que mientras más rápido toque la obra, mejor interiorizada quedará, tanto en los dedos como en la memoria muscular. Cuando regrese a la velocidad esperada, se sentirá más fácil de manejar y permitirá que se concentre en la parte musical, no en técnica. Puede ser benéfico escoger 4 velocidades de estudio: muy despacio, por debajo de la velocidad esperada, a la velocidad esperada y a una velocidad superior a la esperada. El metrónomo puede ser una ayuda invaluable para escoger las velocidades.
  2. ¿Qué tipo de articulación es necesaria para el trabajo escogido? ¿Éste contiene cantidades de patrones de notas con “staccato”? ¿o contiene frases con con ligado suave y “respiraciones" entre ellas? Si es un nocturno de Chopin, por ejemplo, usted deberá desarrollar una línea melódica “cantabile”, con todo el peso del ante brazo: con la digitación de las teclas profunda y lenta. Con respecto a la articulación, es crucial pensar en la velocidad de accionamiento (toque o ataque) de las teclas; este aspecto impactará en cómo usted toca la obra. Un toque lento producirá un sonido suave - y esto siempre debe combinarse con la forma como suelta la tecla. Si la suelta rápido, sonará “staccato”. Si la suelta lento, sonarán notas separadas. Si la suelta después de tocar la siguiente nota, sonará como un ligado (legato) de dedos.
  3. Para decidir las frases y cómo va a moldearlas, anímese a cantarlas.  Si usted puede hacer esto, usted naturalmente sentirá la forma y contorno de las frases, y por tanto podrá sentir cuándo ocurre el clímax de cada frase; Así usted sabrá cuales notas deben tener mayor sonido. Este es un ejercicio efectivo y funciona en casi todos los estilos de obras. También, una frase puede requerir un “rubato” especialmente al final, pero, ¿qué tanto “rubato" es demasiado? Todos estos puntos deben ser tenidos en cuenta cuidadosamente.
  4. Ahora, revise cuidadosamente la estructura lo que determinará el énfasis de los matices.  Si su trabajo está en la forma sonata, por ejemplo, sería conveniente escoger los matices fuertes basándose en el primero y segundo tema y su importancia en la exposición. Podría escoger un matiz suave para la mayor parte del desarrollo y regresar a los matices fuertes en la recapitulación.
  5. Finalmente, los pedales, que con frecuencia se dejan para el final del proceso. No hay nada malo en practicar si pedales ya que así se pronostica un sonido mucho, mucho más claro. Eventualmente, se irá añadiendo a gusto. Como regla general, es mejor tener poco que mucho, teniendo en cuenta que debe “limpiarse” el efecto del pedal teniendo en consideración la armonía y las líneas melódicas.
Hay muchas facetas a considerar cuando se está aprendiendo una nueva obra, pero con estas guías, usted podrá iniciar su estudio.


Escrito por por Melanie Spanswick, para "Piano"


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